Hace dos décadas se realizó por primera vez en Vitória, Brasil, la Reunión de Teoría Arqueológica de América del Sur, más conocida como TAAS. Desde entonces y cada dos años, el encuentro se ha realizado en diversos países de la región, levantándose como una instancia de diálogo e intercambio entre instituciones, colectivos, comunidades locales y academias vinculadas a la disciplina. A principios de este mes en Ecuador, se realizó la novena versión del TAAS, marcada por los temas de género y con un Comité Internacional liderando por primera vez la organización. La colegiada Daniella Jofré, fue parte de este grupo y en la siguiente entrevista relata la importancia que ha tomado la reunión para la arqueología actual.
Entre el 4 y el 8 de junio se realizó en Ibarra, Ecuador, el IX Encuentro del TAAS, cuyas dos principales temáticas fueron la diversidad sexual y de género y las comunidades locales. Siguiendo con el espíritu original del encuentro, los 34 simposios que fueron parte de las jornadas, apuntaron a cuestionar los paradigmas hegemónicos que enmarcan a la arqueología y el estudio del pasado en tanto en su investigación como en la práctica social, bajo el desafío de contribuir con alternativas para repensar la disciplina desde el Sur (https://www.taasibarra.org/).
Daniella Jofré, arqueóloga y académica de la Universidad Católica de Temuco, fue parte del comité internacional que lideró la organización del encuentro este año, y que planteó cambios a lo que venían siendo las reuniones pasadas.
-¿Cómo llegaste a participar de la organización de este IX TAAS?
-A partir de la última que fue el 2016 en Bolivia, se presentaron las propuestas para el siguiente TAAS. En este caso se propuso a Ecuador, y se hizo por primera vez convocando a un Comité internacional. Dentro de ese comité me invitaron a participar a mí como chilena, junto a dos colegas mexicanos, a tres colegas que son ecuatorianas y a un colega ecuatoriano-estadounidense que iba liderando el grupo.
-¿Qué buscó el comité al momento de establecer como marco para este encuentro los temas de género, sexualidades y comunidades locales?
La idea era tener la mayor cantidad de temáticas que giraran en torno a esos temas, y que las charlas magistrales estuvieran solo a cargo de mujeres. También invitamos algunos trans para que vinieran a conversar. Al final se concretó que fueron la mayoría mujeres y que se hicieron dos mesas redondas en vez de charlas magistrales, para darle prioridad a esos temas y que reflejaran la diversidad de voces que muchas veces quedan fuera de la construcción de la arqueología y de la historia cultural en general. Por otro lado, el hecho de que el comité fuera internacional y no fuera nacional, rompió con otra estructura que era un poco “hegemónica” dentro de lo que se estaba tratando de hacer.
-¿Cómo podríamos caracterizar al TAAS dentro de las diversas instancias de reunión que tiene la disciplina?
El TAAS es un encuentro más que un congreso, pero igual está en la modalidad de congreso, con simposios, con paneles, mesas redondas y charlas. La convocatoria es bien amplia, se da harto énfasis a los estudiantes, de hecho, este año por primera vez se dieron espacios para asambleas de estudiantes, ellos también tenían un simposio y además hubo otros simposios más abiertos. Por ejemplo, uno relacionado al diseño en arqueología, donde trabajó un diseñador que se especializa en esta área. En el tema de las comunidades locales participaron un montón de dirigentes, estuvieron las dirigentes de afrodescendientes, y de otras comunidades de Ecuador representadas en las mesas redondas, es decir se abrió un espacio más allá de lo académico o arqueológico.
-¿Y cuál es tu evaluación del resultado?
Creo que hubo una gran participación, se hicieron más de 30 simposios, que es harto más de lo que se había tenido antes, las temáticas fueron más sociales, en el sentido de que se discutió la manera en cómo nosotros analizamos nuestras categorías, en vez de llegar e imponerlas. Eso fue como dar un paso atrás de una manera más reflexiva, porque tenemos todo el peso de la arqueología latinoamericana, el peso del colonialismo y el peso también de la antropología, cuando queremos hacer cosas más etnográficas. Entonces, hubo un intento de cuestionar y proponer quizás otro tipo de trabajos. En el caso del simposio que yo organicé, se llamaba Diálogos Metodológicos, se vieron distintas propuestas o acercamientos de investigadores relativamente jóvenes, de cómo ellos se están aproximando a estos nuevos temas de estudios, o viejos temas, pero con nuevas miradas.
-Respecto a los temas de género, ¿qué es lo que se planteó?
Muchas de las colegas peruanas, ecuatorianas o colombianas, estaban interesadas en conocer qué estaba pasando en Chile a nivel del Colegio, de sindicato, cuáles eran las situaciones laborales en que estábamos y ese tipo de cosas, yo creo que se avanzó bastante en ese sentido. Por otro lado, el tema de género nos sirvió para cuestionar cómo nosotros estamos viendo el género en el pasado, cómo lo hemos aplicado. Se revisó quiénes han hecho los estudios, y con qué perspectivas, porque, por ejemplo, las calificaciones están hechas principalmente por hombres y casi todo viene de afuera, de Europa o Estados Unidos. Entonces, también se cuestionó al gremio y cómo trabajamos desde una perspectiva latinoamericana, mestiza, no tanto desde otras realidades que pueden ser distintas, o más occidentales entre comillas.
-Y luego del encuentro, ¿habrá publicaciones? ¿Se acordó algo sobre la siguiente reunión?
El simposio de nosotros tendrá un compilado, que va a ser de todos los trabajos que se expusieron en nuestra mesa, y eso va a ser un número especial de la revista que tenemos nosotros en la Universidad Católica de Temuco. Respecto al próximo TAAS se votó que va ser en Oaxaca, México. En el Comité Internacional había dos colegas mexicanos y ellos van a continuar la posta de llevar el TAAS allá. Fuimos invitadas yo, Nuriluz Hermosilla y a Ricardo Moyano como investigadores externos para apoyar en el panel internacional.
-Finalmente, ¿por qué consideras que el TAAS es un espacio relevante para la arqueología?
Como se dijo allá, no tenemos un congreso latinoamericano de arqueología. Mucha gente va al TAAS para conocer qué está pasando en otros países, actualizarse y exponer su trabajo. La gracia de este encuentro es que va un poco más allá y es más crítico, entonces, además de presentar lo que uno está haciendo, permite un espacio fuera del congreso nacional, que siempre es más estructurado y formal, donde se pueden trabajar otras cosas de manera más interdisciplinaria, más abierta, con estudiantes, con profesionales de otras áreas, y eso ayuda a no quedarse tan cerrado dentro de la perspectiva arqueológica solamente. Y está el tema de integración, que hace mucha falta en Latinoamérica. Aquí podemos tener una noción de lo que se está haciendo en Colombia, en Ecuador, en Brasil y eso es un gran aporte.