Resultados Concurso Arqueocuentos 2020

 

Presentamos los resultados del 1er concurso de Arqueocuentos, abril 2020

Categoría Adultos:

  • Primer Lugar: “Cuando el plástico ocupó todo el océano en el siglo 22”, Sebastián Lucero Rivas, 34 años.
  • Mención Honrosa: “La elección correcta”, Esteban Francisco Cortez Campillay, 23 años.
  • Mención Honrosa: Sin título, Luis Condori Aguilar, 24 años.
  • Mención Honrosa: “Una historia de amor en la prehistoria de Monte Verde”, Javiera Berríos Benavente, 21 años.

Categoría Arqueólogxs:

  • Primer Lugar: “Una visión del pasado”, María José García, 26 años.
  • Mención Honrosa: “Cuentan los harneros”, Anónimo, 25 años.
  • Mención Honrosa: “La primera arqueóloga”, Felipe Carvajal, 24 años.
  • Mención Honrosa: “Conversa champurria”, Rodrigo Mera, 50 años

Categoría Juvenil:

  • Primer lugar: “Evelyn y las piedras tacitas”, Omiten Pino, 13 años
  • Mención Honrosa: “Ana y Cleto”, Anónimo, 17 años.
  • Mención Honrosa: “El cadáver”, Gael, 15 años.

Categoría Infantil:

  • Primer lugar: “Los Chiquilines que ayudan a regar el río Maipo”, María Paz Oyarzún Sandana, 6 años

 

CUENTOS

Categoría Adultos:

Primer Lugar: “Cuando el plástico ocupó todo el océano en el siglo 22

Perturbadora ficción distópica en clave ambientalista –aunque al final con tintes esperanzadores−, que imagina un mundo situado en el siglo que viene, habitado por sociedades costeras que han experimentado modificaciones debido a un cambio acaecido a nivel planetario. La demencial explotación de los recursos habría conducido a cubrir completamente de plásticos los océanos y a un colapso de las ciudades. Un(a) arqueólogx que analiza el arte rupestre surgido después de la catástrofe, escribe que 7 de cada 10 motivos son antropomorfos de fase 2, revelando las mutaciones experimentadas por las personas que alguna vez vivieron únicamente de la economía.

Mención Honrosa: “La elección correcta

Despertando por el frío y el ruido del agua hirviendo de la tetera del desayuno, el indisciplinado se levanta y camina hacia la fogata encendida desde hace un rato. Puede observar sus compañeros, aunque no se impulsa a decir nada. El sueño aún le pesa. Inmutable, con los ojos fijos en el fuego, piensa en la semana de trabajo realizada, en las rodillas polvorientas y la boca con sabor a tierra, en la ducha natural y gélida en la cascada y la bandada de cóndores que vio ayer. Para sus adentros, solo puede decir: “creo que hice una buena elección”.

Mención Honrosa: Sin título

Yana Puma lo dispuso así: cruces se combinaban con Spondylus, incensarios en forma de chakana, estrellas de David, coca y rapé. Zampoñas, tambores de carnero, pututos, espadas y rosarios. Las fosas quemaron. La garganta se estremecía por el brebaje. Yana Puma abrió la sesión:

“Esto es para mis amigos arqueólogos. Yo sé que les enseñan a creer en libros, en opiniones de la gente. Ahora la medicinita será su Decapitador de Chavín…”

Horas después bailábamos alrededor del fuego, gruñendo y vomitando. La cordillera brillaba como al mediodía: los ojos del jaguar vieron mi cabeza humana fuera de su lugar.

Mención Honrosa: “Una historia de amor en la prehistoria de Monte Verde

Recuerdo aquellos tiempos, en que pulíamos piedras, nos mirábamos a los ojos y todo parecía detenerse, recuerdo que todas las tardes íbamos a pescar al río muchos peces.
La forma en que acariciabas los gonfoterios, con tanto amor, me llenaba de alegría, un regocijo de tu alma que parecía haberse encontrado con la mía.
Recuerdo nuestras caminatas por el campo, el día en que marcamos nuestras huellas en el barro, para sellar nuestro amor.
Soñando que cuando las encontraran, entendieran, que el amor remonta a la historia, que el amor es la fuente de vida que permite seguir en pie.

Categoría Arqueólogxs:

Primer Lugar: “Una visión del pasado

Al palpar un reluciente artefacto excavado en un sitio definido como ritual, a un/a colega se le abre una ventana hacia el pasado que le muestra que lo que interpretaba como una punta de flecha era usado por los antiguos habitantes como un mondadientes. El cierre de la historia podría resumirse como: “¿para qué complicarse al escribir los informes cuando la interpretación correcta puede ser así de insospechada?”.

Conferimos el primer lugar a este cuento, por tratarse de un relato muy bien estructurado, que abre con un hallazgo arqueológico en un tiempo y una localización reales, introduce un elemento mágico que evoca embarazosamente a las aventuras de un conocido arqueólogo del cine, sorprende con un pedestre descubrimiento y concluye con un simpático sarcasmo. Dotada de un fino toque humorístico, la narración festina a partir de dos de los temas con que más suele bromearse en la “interna” de lxs arqueólogxs: el llamar “ritual” a todo lo que no se entiende y el interpretar erróneamente la función de los artefactos. Así también este relato alude a “escribir los informes”, lo cual es una práctica común en nuestra profesión. En los informes por lo general predominan los aspectos formales y más descriptivos de los hallazgos y los contextos asociados, si bien la descripción no está exenta de su contraparte interpretativa.

En la construcción de nuestras interpretaciones subyace comúnmente una importante labor de recopilación y estudios de variadas hipótesis previas y la consideración de muchos datos interrelacionados. La tendencia a alinearnos con las hipótesis más “aceptables” es un hecho. Y esto deriva en la probabilidad de que podamos estar desconsiderando otras posibles funciones/acciones/significados para los artefactos, que no son excluyentes respecto a las hipótesis más sensatas.

Mención Honrosa: “Cuentan los harneros

Harnero Bird: Quizás éste sea mi último terreno, ya estoy viejo y hoy me arreglaron de nuevo con ese alambre verde. Vas a conocer mucha gente. Están un poco locos.
-Por ahí escuché que alguien dijo que sabía creole, pero sólo sabía decir ¡TRABAJA!
-También oí que un profesor invitó a una alumna a una excavación, sólo porque era LINDA!
-Y ni hablar de los carretes de los congresos, hay hasta videos en YOUTUBE!!!
-Pero sabes? no le digas a nadie, porque son secretos de harnero.
Harnero Monsty: !Ay¡ estos harneros viejos, dicen tantas cosas cuando les llega su fin…

Mención Honrosa: “La primera arqueóloga

Cada cierto tiempo, mi madre y yo emprendemos un viaje a través del valle en busca de arcilla para hacer vasijas. Mi madre siempre me señala las plantas que aparecen por el camino, pero yo prefiero ver hacia el suelo en busca de pequeños tesoros. Mis favoritos están en la orilla del mar, son pequeñas rocas diferentes a cualquier otra. Algunas tienen tres puntas y otras más de las que puedo contar con mis manos. Mi madre dice que son las estrellas de la noche que han perdido su luz y han caído a la tierra.

Mención Honrosa: “Conversa champurria

El cuento es así, los peñi vivían felices cerca del río, eso ocurría desde antes que llegaran por ahí unos winka. Luego de un tiempo de peleas, habían logrado quedar pa’ un lado y otro de ese río; entonces, llegaron otros que también venían del norte, cada vez más cerca, haciendo warriá, hasta que llegó el día en que entraron con tralkanes, así que hubo que salir arrancando no ma’, dejando todo bota’o; entonces quién iba a saber donde quedaba el eltun, el lugar que estaba al lado de un agüita, que corría pal salto del Donguil, que le dicen.relatos etnográficos.

Categoría Juvenil:

Primer lugar: “Evelyn y las piedras tacitas

Una habitante de San Pedro de Atacama se ha propuesto como misión buscar piedras tacitas en Chile central. Utiliza métodos muy poco ortodoxos de prospección.  En Melipilla las encuentra al notar que la roca en que se sienta es muy incómoda para ese efecto, y en Curacaví, al caerse en una de ellas. De regreso, nadie le  cree hasta que les muestra las fotografías.

Mención Honrosa: “Ana y Cleto

Día 4 de terreno, Santiago, Chile.
Ana y Cleto dudan en su unidad:
Mira esto, será? – pregunta Ana
-No, no creo, parece humano- dice Cleto
-Si, tienes razón- Ana lo arroja lejos.
Termina el día. La gente se aleja de ellos en el metro porque sus ropas están sucias.
Ana llega a casa y su madre le pregunta:
-Y? cómo les fue hoy? Cuántos humanos encontraste?
Ana furiosa responde: ¡Mamá!, cuantas veces te debo decir que no buscamos humanos. Somos dinosauriólogos mamá, buscamos cosas de dinosaurios, no humanos, eso es para los arqueólogos.

Mención Honrosa: “El cadáver

 Un arqueólogo se está enfrentando a su padre, se sitúan en las catacumbas de lo que era la moneda, en busca de recuperar un objeto arqueológico centenario robado, un cadáver maldito, Pinochet.
El cadáver atrae poder y decide quien controla Chile.
Cuando nuestro arqueólogo logra encontrar a su padre, el confiesa, el cadáver ya no existía, pero reencarnaba, su hijo era la última reencarnación de Pinochet, gracias a esto el controlo Chile desde las sombras, ahora su hijo sabiendo esto……. asesina a su padre.
Nadie le quitaría ser dueño de Chile, el cadáver gano….. un nuevo tirano asciende al poder.

Categoría Infantil:

Primer lugar: “Los Chiquilines que ayudan a regar el río Maipo”, María Paz Oyarzún Sandana, 6 años.

Había una vez un grupo de Chiquillanes que fueron al río Maipo, caminaron mucho para llegar al Cajón del Maipo… cuando llegaron al río vieron un pato cortacorrientes, se emocionaron mucho porque fue la primera vez que veían éste río. Tanto les gustó que usando una cuerda bajaron para tocar el agua.
Como eran varios, algunos se quedaron arriba y otros bajaron llevando cántaros de greda, los llenaron de agua y subieron al cerro Likan para regar, porque cada vez hace más calor y se seca la cordillera.

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