Se terminó el Dakar 2012 y en tierras chilenas, los daños ocasionados en esta versión aún están por ser cuantificados. Lo más probable es que queden nuevamente como anécdotas técnicas y que las autoridades renueven los discursos de millonarios ingresos en dólares, de la instalación de marca país para justificar las próximas versiones, volviendo a omitir las obligaciones que tiene el Estado de Chile para con sus propios habitantes y su patrimonio.
El desierto de Atacama es el más árido del mundo, lo que genera condiciones muy especiales para la preservación de restos materiales, esta particularidad hace que muchos de los sitios arqueológicos se encuentre a escasos centímetros de la superficie ¿Resistieron estos frágiles restos la potente fricción de las ruedas de motos, autos, camionetas y camiones? probablemente no.
Los restos arqueológicos, nos permiten comprender cómo fueron las ocupaciones humanas unos 11.000 años atrás en una de las regiones más inhóspitas, incluso hasta nuestros días, para la vida humana. Pese a ello cazadores recolectores fueron capaces de ocupar estos espacios y hacerlos parte de vida y sus migraciones. El poder rescatar fragmentos de sus utensilios, herramientas, restos de comida, nos permiten reconstruir y entender sobre las capacidades adaptativas al medio que tiene el ser humano. Estamos hablando de poder reconstruir nuestra historia como habitantes del mundo, y en específico de nuestro país, los restos de su cultura, son un tesoro invaluable para el aprendizaje, para la ciencia y para que los hombres logremos comprender cómo nos hemos desarrollado como especie y cómo hemos evolucionado hasta lo que hoy somos.
Sin el estudio de restos arqueológicos y paleontológicos, no podríamos saber la evolución que ha tenido la vida en nuestro planeta, la humanidad no podría haber reconstruido su propia línea evolutiva homínida desde hace unos 8 millones de años atrás en África. Sin estos restos, no podríamos conocer nuestros propios orígenes como especie, tal como lo hacemos hoy. Así de importante es el patrimonio arqueológico.
¿Cuánta información se ha perdido hasta ahora? ¿Cuántos secretos escondido por los habitantes del ancestral norte de Chile, se han pulverizado para siempre en el olvido? ¿Cuándos millones de dólares vale condenar a la ignorancia perpetua a la humanidad y sus futuras generaciones?
El Colegio de arqueólogos ha hecho pública su opinión respecto de que el Rally Dakar, constituye un delito amparado y promovido por el propio gobierno chileno y que como todo delito tiene sanciones penales asociadas, no obstante organismos técnicos del Estado permanecen acallados y coaptados por las voluntades políticas.
Al respecto Carlos Carrasco, presidente del Colegio, señala: “cómo gremio, somos conscientes de la inconmensurable pérdida que genera el Rally Dakar en Chile y seguiremos activos y movilizados hasta lograr que la competencia se someta a un Estudio de Impacto Ambiental, como cualquier otra actividad productiva del país”, este es el camino legal que exploraremos en los meses venideros”.
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