La investigación arqueológica traspasa las barreras de la edad y la jubilación.
Gracias a los múltiples caminos que entrega la investigación arqueológica y a su constante desarrollo, ésta acompaña a los especialistas a lo largo de su vida, quienes pueden desenvolverse en las distintas áreas según sus intereses y capacidades, muchas veces traspasando las barreras que socialmente impone la edad y entregando importantes conocimientos desde su vasta experiencia.
Las historias de José Berenguer Rodríguez, María Victoria Castro Rojas y Sivy Quevedo Kawasaki son un ejemplo de esto y de la riqueza del conocimiento y la experiencia de aquellos que llevan toda una vida en el rubro.
Tres vidas dedicadas a la arqueología
José Berenguer Rodríguez es Arqueólogo Licenciado en Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Chile y PhD en Antropología de la Universidad de Illinois. Sus primeros trabajos como investigador, luego de su titulación en 1975, fueron como co-investigador en el Grupo Toconce en 1977 y como profesor de Teoría y Método de la Arqueología en el Departamento de Antropología de la Universidad de Chile en 1978. A lo largo de su vida se ha desenvuelto laboralmente en la docencia de pregrado, pero sobre todo en curaduría, investigación y edición.
Durante la primera parte de su carrera, Berenguer fue profesor del Departamento de Antropología de la Universidad de Chile (1980-82 y 1992-99), actividad que compartió con sus labores de más larga trayectoria, como curador jefe del Museo Chileno de Arte Precolombino (1981-2021), investigador responsable en diversos proyectos principalmente Fondecyt, arqueólogo del Instituto Otavaleño de Antropología (Ecuador, 1979), consultor de la Unidad Técnica Qhapaq Ñan Chile (2009-2011) y editor-fundador del Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino (1986-2021), también del Boletín de la Sociedad Chilena de Arqueología (1992-1997) y de innumerables libros, catálogos de exposición y otras publicaciones tanto especializadas como de divulgación del museo.
Fue el primer arqueólogo formado como tal en una universidad del país en integrar el Directorio de la Sociedad Chilena de Arqueología (1976-1979). Más tarde, integró dicho directorio en dos nuevos períodos (1991-1994 y 1994-1997).
En 2015, a sus 69 años se jubiló, pero siguió trabajando como curador jefe hasta su retiro del Museo Chileno de Arte Precolombino en abril de 2021, después de 40 años de servicio en esa institución. Luego, en diciembre de ese mismo año, se retiró también del cargo de editor jefe del Boletín del Museo Chileno de Arte Precolombino
Desde mayo de 2021, José Berenguer pasó a ser curador emérito de la institución, cargo honorífico que, como explica, no supone obligaciones de horario ni de actividades, sino solo de representación, consejerías y asesorías puntuales. Actualmente, a sus 75 años, está dedicado a escribir, profundizar y terminar investigaciones desarrolladas a lo largo de su carrera. Además es co-investigador de un proyecto Fondecyt del norte de Chile (2020-2022) y asesor de otro proyecto que comienza este año.
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María Victoria Castro Rojas es profesora de Estado en Filosofía con mención en Filosofía de la Universidad de Chile, Licenciada en Filosofía con mención en Prehistoria y Arqueología, Arqueóloga y Magíster en Ciencias Históricas con mención en Etnohistoria.
En sus inicios, Castro ingresó a la Universidad de Chile como ayudante meritante, que, según relata, era la base de la carrera académica en ese entonces, alrededor del año 1970. Fue ayudante del ramo de Prehistoria de América, Prehistoria General, del Seminario “Orígenes de la sociedad de Clases y el Estado”, y también fue ayudante de investigación del proyecto Río Salado (Cuenca del Loa) desde 1968 a 1973.
Alrededor de 1968 formó junto a otros estudiantes el centro de alumnos que apoyó fuertemente, como expone, el nacimiento de la carrera de arqueología junto al profesor Mario Orellana Rodríguez.
En septiembre de 1974 la nombraron profesora asistente de Prehistoria de América y fue una especie de profesora auxiliar del docente Romieux en Etnología durante aproximadamente un año. También fue profesora auxiliar en Antropología Social del docente Carlos Munizaga. Además, fue ayudante de la Dra. Grete Mostny en la creación de artículos para enciclopedia. Durante ese período, la experta estudiaba la carrera de filosofía y los cursos de arqueología.
Al igual que José Berenguer, también fue parte del grupo Toconce, y llevó a cabo junto a otros colegas la excavación del alero Toconce.
Durante su desarrollo laboral, Castro trabajó por muchos años en el Departamento de Antropología de la Universidad de Chile. Se especializó en Prehistoria de América (Mesoamérica y Andinoamérica) y Arte Precolombino; y también en Prehistoria, Etnografía y Etnohistoria Andina. Por otro lado, dictó el seminario de especialización para arqueología “Seminario de Prehistoria y Etnología”.
A lo largo de su vida académica, la arqueóloga realizó gran cantidad de difusión científica, según relata. Fue Vicedecana de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile. Desde el año 2006 hasta el primer semestre del 2021 impartió el curso Visión Cultural de la Naturaleza en el Magíster de Áreas Silvestres Protegidas de la Facultad de Ciencias Forestales de la Universidad de Chile.
Formó inicialmente la carrera de Arqueología de la Universidad Alberto Hurtado, donde realizó diferentes cursos y fue profesora de Etnoarqueología. Además, fue docente en la Universidad SEK, en el curso de Prehistoria de América y Arte Precolombino.Ha dirigido una enorme cantidad de memorias de título y más de una docena en postgrados. También ha realizado clases en el magíster de la Universidad de Tarapacá- Universidad Católica del Norte, junto a la Dra. Daniela Valenzuela.
Castro tuvo una jubilación anticipada en 2006 por problemas de salud a sus 61 años, pero volvió a trabajar en el 2007 como docente en el Seminario de Especialización de Prehistoria y Etnoarqueología de la Universidad de Chile.
Este 2022, a sus 77 años, María Victoria Castro seguirá como asesora del curso Visión Cultural de la Naturaleza en el Magíster de Áreas Silvestres Protegidas, y además, según relata, felizmente trabajará media jornada en la Facultad de Ciencias Sociales de la Universidad de Chile.
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Sivy Quevedo Kawasaki es Licenciada en Filosofía con mención en Prehistoria y Arqueología de la Universidad de Chile, Master Trainer en Programación Neurolingüística, Dra. en Ciencias Antropológicas de la Universidad de Buenos Aires y topógrafa, entre otros.
Desde que ingresó a la carrera de Licenciatura en Filosofía con mención en Prehistoria y Arqueología, Quevedo comenzó a trabajar como ayudante ad honorem, como expone. A sus 22 años ingresó profesionalmente al Museo Nacional de Historia Natural, como ayudante en la sección de arqueología, bajo la dirección del arqueólogo Julio Montané.
Su vida profesional se ha desenvuelto en el Museo de Historia Natural y en el Departamento de Arqueología de la Universidad de Chile. En 1971 postuló a la Cátedra de Antropología Física en la Facultad de Ciencias Sociales de la UCH, pasando por varios grados hasta alcanzar el académico. Hoy se considera protagonista de los orígenes y el desarrollo de la antropología física en Chile.
La especialista se ha desarrollado en Arqueología, Bioarquelogía y Antropología Biológica. Es experta en materias de investigación y conservación de momias congeladas y ofrendadas en santuarios de altura incaicos.
Quevedo Generó diferentes proyectos internacionales en colaboración con universidades europeas y ha sido invitada a dictar conferencias a distintos centros nacionales e internacionales. Fue profesora del Centro Nacional de Museología. En 1978 creó el Laboratorio de Antropología Física en el Museo Nacional de Historia Natural y en 1985 obtuvo una beca OEA para el Doctorado en Ciencias Antropológicas de la Universidad de Buenos Aires.
Como parte del mismo programa de doctorado, logró pasantías en instituciones de excelencia, como el Museo del Hombre en París y la Universidad de Londres. Fue acogida en España por la Universidad Complutense de Madrid y de Barcelona, y pasó un tiempo en el Departamento de Antropología y Anatomía de la Universidad de Tel Aviv en Israel. Viajó por Egipto investigando la conservación del cuerpo de Ramsés II en el Museo del Cairo y de Tutankamón en el Museo de Luxor.
Durante su estancia en Buenos Aires, la experta continuó sus estudios de psicología y optó por especialidades de vanguardia como Psicología Corporal y Terapia Vibracional. Según afirma, su mayor dedicación y especialidad la logró en el área de la Programación Neurolingüística, donde obtuvo un máster.
En el año 2003 se retiró del Museo Nacional de Historia Natural después de 37 años de trabajo y se dedicó al rescate arqueológico bajo el marco de impactos ambientales, como aclara, sin descuidar la investigación.
A sus 80 años, Sivy Quevedo tomó la decisión de cerrar la etapa de terreno en impactos ambientales, pero continúa su práctica profesional en otras áreas. Actualmente coopera con estudiantes de postgrados en temas de antropología biológica, en especial con colecciones bioantropológicas en las cuales ella ha trabajado. Además, se dedica a realizar Talleres Vivenciales.
El aporte de la experiencia a la investigación arqueológica
El conocimiento y la experiencia que pueden compartir los arqueólogos y arqueólogas que llevan tantos años trabajando en la disciplina es un gran aporte para la investigación arqueológica actual; son muchos de ellos quienes iniciaron e impulsaron esta ciencia en nuestro país, por lo tanto, su vasta experiencia es de gran utilidad para las nuevas generaciones.
Sobre las oportunidades laborales para los arqueólogos de este rango etario, tanto José Berenguer como María Victoria Castro y Sivy Quevedo coinciden, según sus apreciaciones, en que la investigación es la ocupación más recurrente para estos especialistas. “Como la nuestra es una disciplina esencialmente vocacional, uno nunca se jubila de la arqueología”, agrega Berenguer
Sivy Quevedo explica que a ella la siguen invitando a trabajos de impacto ambiental, lo que la sorprende, “me imagino que no ´imaginan´ la edad que tengo”, relata, pero cree que las oportunidades laborales están más bien enfocadas para los arqueólogos que se han dedicado a la investigación.
José Berenguer expone, desde su visión, que rara vez sus colegas contemporáneos pueden optar por cargo académicos y que “con la edad, por lo general baja la productividad científica, situación que los/las deja fuera de optar con alguna probabilidad de éxito a los altamente competitivos proyectos de la ANID (Agencia Nacional de Investigación y Desarrollo)”, pero, por otro lado, sí observa la tendencia de incluir a profesionales con gran experiencia en proyectos de investigación, como los Fondecyt.
“Al final, como fue a lo largo de toda nuestra carrera, terminamos formando parte de colectivos de investigación tan multietarios como el primer gabinete del presidente Gabriel Boric”, declara el experto .
Por su parte, María Victoria Castro piensa que cada especialista crea sus propias oportunidades al estar interesado en diferentes temas de investigación y en los que están desarrollando sus colegas. “Además, debido a tu trayectoria (experiencia) te buscan en proyectos de tu interés, que invitan a investigadores e investigadoras seniors. No dejas nunca de escribir y leer, y de esa manera estás preparada para trabajar en equipos de investigación, en mi caso inter o multidisciplinarios”, explica Castro.
Con sus diferentes proyectos y experiencias laborales, estos tres expertos/as muestran a través de sus relatos que la investigación arqueológica traspasa las barreras de la edad y la jubilación, llevando a cabo un importante trabajo de transmisión y entrega de conocimientos.