El avance de las tecnologías dentro de las ciencias ha entregado nuevas técnicas y herramientas para la investigación, y gracias a esto, en los últimos diez años la ciencia arqueológica ha visto un importante progreso de la mano de éstas, las cuales le han dado la posibilidad de integrar líneas de investigación inéditas.
“A medida que se van desarrollando nuevas tecnologías, vamos incorporándolas en nuestro quehacer, facilitando y agilizando nuestro trabajo, pero, sobre todo, cambiando la forma en la que hacemos arqueología”, señala Claudia Montero, licenciada en arqueología y estudiante de Magíster en Geografía y Geomática, y agrega “a medida que vamos conociendo las posibilidades de las nuevas tecnologías y las incorporamos, vamos modificando nuestras técnicas y metodologías”.
En esta línea, el arqueólogo con magíster en Patrimonio Virtual, Víctor Méndez, explica que el desarrollo tecnológico, en general, ha sido un elemento clave para los diversos procesos de investigación arqueológica a lo largo del tiempo. Y que en la medida que avanzan los diversos campos de la tecnología, se abren nuevos espacios de investigación y se replantean antiguas preguntas bajo nuevas evidencias.
“Por ejemplo, el aumento de los límites de la magnificación visual, además de las mejoras en nitidez y resolución, han permitido que podamos observar los mismos restos materiales, pero ahora identificando nuevas características microscópicas […] Así, también la traceología en estudios líticos, el análisis de paleopatología mediante microbiota presente en el tártaro dental y también los isótopos estables son líneas de investigación que han avanzado apoyadas por nuevos desarrollos tecnológicos”, relata Méndez.
Según el arqueólogo, los avances tecnológicos en la última década se han incrementado en términos de accesibilidad, flexibilidad, capacidad y potencia computacional. “En arqueología se han vislumbrado nuevas herramientas que nos ayudan a documentar, almacenar y construir novedosas aproximaciones para analizar e interpretar los datos”, afirma.
Dentro de las muchas herramientas existentes, el experto menciona la computación estadística y los análisis cuantitativos, nuevos software estadísticos más amigables y completos, los cuales son elementos básicos en cada investigación arqueológica.
La ciencia de datos, conjunto de técnicas y aproximaciones que de manera semi autónoma, capturan, traducen, organizan y presentan datos universales, a partir de las cuales se pueden llevar a cabo diversos tipos de análisis arqueométricos. El modelado 3D, la realidad virtual y la realidad aumentada, que son nuevas formas de digitalización utilizadas en arqueología para reconstruir, representar y difundir los conocimientos.
Y también señala las imágenes digitales y la fotogrametría, las cuales se han utilizado principalmente para el registro patrimonial, y los sistemas de información geográfica (SIG), que son un conjunto de técnicas y herramientas utilizados dentro de la geomática para realizar diferentes tipos análisis geoespaciales.
Geomática
La geomática es una de las importantes herramientas que la arqueología utiliza hoy en día en sus investigaciones. Según explica Claudia Montero, “la geomática es la ciencia de la información geográfica y considera una forma de pensamiento, de aproximación integradora al análisis espacial, a través de la cual se pueden modelar espacios físicos para resolver preguntas espaciales”.
Montero menciona que dentro de las herramientas y metodologías que agrupa la geomática, están los sistemas de información geográfica (SIG), la cartografía digital, la percepción remota, la fotogrametría y la geodesia.
Sobre los sistemas de información geográfica, Víctor Méndez expone que estos son un conjunto de técnicas y herramientas, las cuales permiten realizar diferentes tipos de análisis geoespaciales, a través del gestionamiento de una gran cantidad de datos, junto con procedimientos para la simulación de procesos culturales.
“Esto permite en arqueología, por ejemplo, tomar todos los hallazgos de una región, visualizarlos en conjunto y buscar elementos característicos con base a sus características culturales y geotopográficas. Se han utilizado en estudios sobre movilidad, patrón de asentamiento, además de gestión patrimonial, entre otros”, afirma el arqueólogo.
Fotogrametría
Esta interesante herramienta, transforma imágenes de dos dimensiones en figuras tridimensionales. “La idea es buscar la correspondencia entre dos o más imágenes a partir de sus atributos, para luego reposicionar espacialmente la ubicación de cada una de las fotografías (dónde fue tomada) en relación con el objeto en cuestión. Las características observadas en cada imagen forman lo que conocemos como nube de puntos dispersa y nos permite comenzar a construir una visión tridimensional del objeto”, explica Méndez.
Así mismo, el experto dice que en arqueología, la fotogrametría se utiliza principalmente para realizar registros y documentación, tanto de bienes patrimoniales como de espacios físicos de investigación. También, añade que esta herramienta es usada como técnica no dañina para realizar réplicas, la cual puede lograr un alto grado de detalle a un costo muy bajo.
Además, el arqueólogo expone que, con el formato digital del objeto, este se puede escalar a tamaño real, compartir y manipular sin alterar el bien original. Y que finalmente este archivo es utilizado como una copia de respaldo digital. “Lo interesante es que mediante técnicas de impresión 3D, uno puede volver a llevarlo a la realidad, aun a miles de kilómetros de distancia de donde se encuentra a resguardo el objeto real”, señala.
El aporte de las tecnologías en la investigación arqueológica
La gran cantidad de información que estas nuevas técnicas pueden generar y almacenar, han hecho que las nuevas herramientas se tornen necesarias en el proceso de construcción del conocimiento arqueológico.
Dentro de las ventajas de la aplicación de estas nuevas tecnologías en la ciencia arqueológica, Méndez destaca la inmediatez y la facilidad que proporcionan. Y revela también que estas herramientas son más fiables, ya que recolectan los datos de forma digital directamente desde el terreno, lo que además les permite tomar decisiones más rápidas.
El arqueólogo agrega como ventaja que las nuevas tecnologías son capaces de integrar datos desde múltiples líneas de evidencia, y también que gracias a la precisión de la información que entregan algunas herramientas “[…] se pueden desprender interpretaciones con diversos grados de abstracción, que muchas veces no son posibles de obtener mediante métodos tradicionales”, declara.
Finalmente, un importante beneficio de estas herramientas es que muchas de ellas son accesibles a la gran mayoría, acercando las diferentes disciplinas y líneas de investigación a la arqueología, sin necesidad de que expertos de otras áreas tengan que intervenir en el proceso, facilitando el trabajo de los propios arqueólogos.
Como explica Claudia Montero, “ya no sólo se contrata a un profesional experto en el manejo de la herramienta […] nosotros mismos empezamos a aprenderlas. Así encontramos colegas que hacen teledetección, análisis geoespaciales, ciencia de datos para análisis arqueométricos, modelado 3D y realidad virtual, entre muchas otras”.